El cazador de cocodrilos en HIDALGO

Cronica de un desnudo en la madrugada del domingo.

Días antes de la tan anunciada foto que Spencer Tunick tomaría en la cuidad de México, resultó que tanto Darwin como yo nos habíamos inscrito mutuamente sin consultar uno con otro hace ya bastante tiempo, así que cuando salió a flote fue más que claro que los dos queríamos ir. Saque las instrucciones de internet que nos habían envíado y los formatos que teníamos que llenar, los cuales nos enteramos después que estaban vendiendo unos tipos en 50 pesos el día del evento. Una de las instrucciones indicaba que teníamos que estar a las cuatro y media de la mañana en el zocalo, lo cual nos desalento un poco por lo de tenerse que levantar tan temprano, de cualquier manera por la hora en que fuimos citados el traslado que normalmente tomaría una hora y cuarto nos tomó quince minutos, metimos el auto a un estacionamiento y de camino al zocalo nos sorprendio ver que en la mayoría de la gente estaba entre los 20 y 37 años, después de empujones y gritos como queriendo entrar al metro en hora pico, entramos para ser ubicados en la calle frente al hotel Magestic. Ya sentados, solo tocaba esperar instrucciones, en esa espera, los chavos ( bueno que parecian de 30 años o más ) estudiantes de la UNAM empezaron con sus porras y goyas, por ahí empezaron a cantar el cielito lindo, el olor a mariguana no se hizo esperar, las colas para los 8 baños portatiles eran inmensas y de muchos de ellos la gente salía despavorida por el olor de lo que fueron a depositar los compañeros. Por el balcon del hotel se asomaba de repente una güera a quien le gritaban constantemente y a la que invitaban a bajar a desnudarse también. Después de un buen rato las instrucciones fueron dadas, al indicar que nos desnudaramos debíamos dejar la ropa en el donde nos encontraramos (se sugirió traer bolsas, muchos las compramos por 2 pesos cada una en el 7 eleven ) y tomar un cuadro de la plancha del zocalo, por lo alto del hotel se desplego una manta con la primera posición. Al dar la orden de desnudarse todos se apresuraron para tomar un buen lugar y estar cerca de la gente que les acompañaba, después de varios movimientos para llenar los espacios vacios, inició la seción fotográfica, posición A, saludando a la bandera, B con la cabeza apuntando al asta bandera, en esta posición levante la cabeza para acomodarme y la mayoría ya estaban acostados fue una imágen impactante, C con la cabeza a la catedrál, luego todos hacia la calle 20 de Noviembre, tomados de los hombros, con la mano izquierda extendida, ambas manos, solo el indice... aplaudiamos al final de cada toma, por ahi se escuchaban más porras, y frases como "Norberto Rivera la gente se te encuera" o "Voto por voto, casilla por casilla", a pesar que que Tunick pedía silencio para poder crear arte, solo en un par de tomas hubo silencio absoluto. Al terminar pidieron a las mujeres dirigirse al la salida del metro. Yo sabía que no iba a tener problema en desnudarme, y creo que la mayoría se sentía comoda aunque uno que otro se notaba nervioso, ya espero con ansia la foto que nos van a mandar como agradecimiento y ver lo que hizo en la casa de Frida un día después, ¿Si lo volvería a hacer?, sin duda.

Lo mas dificil de desnudarse para Tunick...

......no fue sacarse el pudor de estar desnudo, sino aguantar el frio del viento y el suelo, como los de atrás no alcanzaban a escuchar, la posición B tardó mucho, hasta el punto de hacer casi insoportable, el tener el enpeine de los pies contra el duro suelo del Zocálo fue de tortura china... A pesar de todo esto la experiencia fue irreal, cuando levantabas la cabeza por dos segundos cuando todos estaban acostados era increible.

Posición B

Por aqui andabamos junto con miles de personas

Querido Diario

Hoy una escoba me vino a visitar por la mañana, se asomó por la ventana y se quedó ahí por un rato, mirando hacia adentro.
En la tarde subí las escaleras eléctricas en el mismo escalón que una bolsa de papas fritas vacía.
En el metro pude ver mi reflejo seccionado en los botones plateados de un saco bastate feo.
Para entretenerme suelo imaginar a la gente escogiendo la ropa que trae puesta, sobre todo aquella que me parece horrorosa, pero que a la persona que la trae le debió parecer especial.

Animal cookies

I was visiting my grandmother and I was given one peso, those pesos that were the size of a ten pesos coins now, with the face of Morelos in the front, I remember walking to the candy store at the end of the street, it was an old store with wooden shelves and one bulb for all the store hanging from the celing, very Harry Potter like, well I asked for one peso of animal cookies, the clerk took a plastic bag and started filling it with the cookies, he put more and more and more and more, I was so surprised of the quantity and of course very pleased. This is happiest I can recall I have ever been.

Saludos desde Acapulco